domingo, 31 de agosto de 2008

PAISAJES SONOROS DEL URUGUAY

En la columna de su derecha se presentan algunos fragmentos del archivo de Paisajes Sonoros del Uruguay, grabados entre setiembre de 2002 y diciembre de 2006 por Nicolás Almada, Rafael Álvarez, Guillermo Marchese, Nicolás Molina y Analía Fontán. La selección incluye sonidos que pertenecen a nuestra biofonía, geofonía, paisajes sonoros urbanos, sub-urbanos y un par de muestras de sonidos submarinos de nuestra costa atlántica.

EL PROYECTO

A partir de la existencia de diversos espacios, situaciones y contextos que en nuestro país poseen características sonoras particulares, este proyecto se propuso dejar un documentado registro de esas marcas sonoras en formato de audio de alta calidad. 

La justificación para llevar adelante esta iniciativa está basada en la necesidad de desarrollar actividades que contribuyan a ampliar nuestra conciencia sobre la escucha y su relación con la memoria. Comenzamos a realizar grabaciones de alta calidad sonora en el año 2002 y desde entonces hasta ahora, continuamos experimentado lo importante que es para los pueblos permitirse reflexionar y preservar de alguna forma su patrimonio sonoro. Existe una memoria auditiva colectiva que parece querer despertar cada vez que alguien se nos acerca o nos pregunta “qué estamos grabando y para qué”.

Los sonidos que componen el paisaje sonoro[1] de un lugar proveen valiosa información para quienes la habitan y adquieren un significado que va más allá de las propiedades puramente físicas. Esos sonidos gozan de una capacidad simbólica que ilustra y evoca la cultura de un pueblo. Existen sonidos representativos de urbanidad (parques, plazas, avenidas), sonidos naturales (que expresan formas concretas de comunión con la naturaleza), sonidos sensibles (que por algún motivo, siendo urbanos o no, pueden producir diversos sentimientos en la gente), pero también momentos del año, días y horas del día en que estos se vuelven significativos.

Una de las tesis que manejamos refiere a que en el Uruguay aun existen formas sonoras del pasado integradas al paisaje sonoro contemporáneo. Y por lo tanto, los sonidos de hoy, podrían permitirnos representarnos el ayer: pregones coloniales, tambores, cascos de caballo, afiladores, son sólo algunos de estos ejemplos.

Pero hay algo mas: la naturaleza efímera del hecho sonoro, el aumento de los niveles de ruido en los centros urbanos, la falta de conciencia general sobre el valor de lo sonoro, ha tenido como consecuencia que no podamos hacer casi nada por modificar, preservar y/o mejorar el entorno sonoro en el que estamos inmersos.

En vez de proponer una “lucha contra la polución sonora”, este proyecto plantea una salida pacífica e integradora que busque la continua sensibilización de los oídos, que apunte al diseño de entornos sonoros saludables y atractivos,  a la planificación creativa de espacios urbanos y sub-urbanos (parques acústicos) y que en un futuro sirva para orientar la acción legislativa (regulaciones para la reducción del ruido medioambiental por ejemplo) sin entrar en juicios de valor con respecto a los sonidos.

El proyecto contó con el aval de Daniel Maggiolo, fundador del Grupo Paisaje Sonoro Uruguay.

Autora y responsable del Proyecto: Lic. Analía Fontán


[1] Término traducido del inglés, Soundscape, acuñado por Murray Schafer (fundador del World Soundscape Proyect) para referirse al entorno sonoro y al ambiente acústico que nos rodea.